Vive Sano
El consumo de aceite de oliva produce consecuencias muy favorables para la salud. Además de sus propiedades sensoriales y gastronómicas, muchos estudios científicos han demostrado sus numerosas propiedades en el ámbito de la salud y en la prevención de distintas enfermedades.
El consumo de aceite de oliva produce consecuencias muy favorables para la salud. Además de sus propiedades sensoriales y gastronómicas, muchos estudios científicos han demostrado sus numerosas propiedades en el ámbito de la salud y en la prevención de distintas enfermedades.
Varios grupos de investigadores han identificado los componentes menores del aceite de oliva, todos ellos muy beneficiosos para la mayor parte de las funciones del cuerpo humano, en particular la gran cantidad de antioxidantes y vitaminas (tocoferoles, carotenoides, oleuropeína y compuestos fenólico-hidroxitirosol), que le confieren propiedades especialmente importantes. Los datos disponibles sobre su metabolismo, biodisponibilidad y efectos biológicos ponen de manifiesto su notable función antioxidante que previene la oxidación celular y protege contra la lesión de los radicales libres.
El aceite de oliva es un nutriente de alto valor biológico y terapéutico, y el secreto está en su estructura química.
Las grasas cumplen una importante función como fuente energética de nuestro organismo, por lo que no es posible concebir una vida sana sin ellas. Sin embargo, su alto aporte calórico las transforman en un riesgo a tener en cuenta a la hora de optar entre las diferentes fuentes energéticas.
El aceite de oliva tiene un valor calórico de 9 calorías por gramo, lo mismo que cualquier otra grasa animal o vegetal, sin embargo, su composición química -alto en ácidos grasos monoinsaturados, específicamente ácido oleico (alrededor de un 70%), y bajo en saturados y poliinsaturados- lo hacen mucho más sano que otros aceites.
El consumo de dos cucharadas diarias de aceite de oliva virgen extra aporta un 50% de la cantidad de vitamina E recomendada para el hombre y un 62,5% para la mujer. Además, aporta vitamina A (favorece las defensas del organismo), D (antirraquítica), F y K (anti-hemorrágicas).
También se han comprobado importantes efectos en el aparato circulatorio: ayuda a prevenir la arteriosclerosis y las afecciones cardiacas, principalmente el infarto de miocardio, angina de pecho y trombosis cerebral. Reduce el colesterol total y el colesterol LDL (malo), la presión arterial, la agregación plaquetaria y la coagulación sanguínea. En cambio, aumenta el colesterol HDL (bueno).
El aceite de oliva de mejor calidad es el aceite de oliva virgen extra, extraído con métodos naturales, sin químicos y caracterizado por su pureza, sabor y aroma únicos.
El aceite de oliva convencional, refinado o light es aquel que se obtiene a través del uso de calor o determinados solventes y se mezcla con otros aceites.
Valor nutricional
100 g de aceite de oliva virgen extra contienen:
Vitamina K: 75 % de la cantidad diaria recomendada (CDR).
Vitamina E: 72 % de CDR.
Grasas monoinsaturadas: 73 % (la mayoría es ácido oleico).
Grasas saturadas: 13,8 %.
Omega 6: 8,7 %.
Omega 3: 0,76 %.
Numerosos antioxidantes.
¿Qué beneficios te brinda el aceite de oliva?
El excelente valor nutricional del aceite de oliva es el responsable de las poderosas propiedades y beneficios que aporta a la salud:
Reduce la inflamación
El antioxidante denominado oleocantal es el principal responsable de las propiedades antiinflamatorias del aceite de oliva, con efectos similares al fármaco ibuprofeno. Además, el aceite de oliva también disminuye la expresión de genes y proteínas que intervienen en la inflamación.
Protege contra enfermedades cardíacas
Varios estudios han revelado que el aceite de oliva puede reducir en un 30 % el riesgo de infartos, accidentes cerebrovasculares y muerte.
¿Cómo actúa el aceite de oliva en la prevención de enfermedades cardiovasculares?
Reduce la inflamación.
Protege al colesterol LDL de la oxidación.
Mejora la función endotelial, el tejido que reviste todos los vasos sanguíneos.
Previene la coagulación.
Disminuye la presión sanguínea alta.
Puede combatir el cáncer y el Alzheimer
El aceite de oliva es muy rico en antioxidantes, cuya función es proteger al organismo de la oxidación que producen los radicales libres, un factor de riesgo del cáncer. Además, su contenido en ácido oleico también protege contra la oxidación y tiene efectos beneficiosos en genes ligados al cáncer.
Por otro lado, un estudio ha descubierto que una sustancia presente en el aceite de oliva puede ayudar a eliminar las placas amiloides que se desarrollan en el cerebro de un paciente de Alzheimer.
No obstante, aunque existen pruebas de que el aceite de oliva puede combatir el cáncer y el Alzheimer, se necesita confirmar sus efectos en seres humanos.
¿Es apto para cocinar?
Dependiendo de la composición, unas grasas son más resistentes al calor que otras. Los ácidos grasos se componen de dobles enlaces que reaccionan con elevadas temperaturas, oxidándose y volviéndose nocivos por lo que a mayor número de dobles enlaces, menor resistencia al calor y más daño oxidativo.
Dicho esto, el aceite de oliva es bastante resistente al calor, pues se compone mayoritariamente de ácidos grasos monoinsaturados, los cuales están formados por un único doble enlace. Además, existen varios estudios científicos que confirman la resistencia del aceite de oliva al calor.
Por consiguiente, podemos concluir que el aceite de oliva es apto para cocinar.
Pilar de la conocida dieta mediterránea, el aceite de oliva virgen extra es el complemento perfecto para añadir a tus platos y sacar el máximo partido a sus propiedades. Como aliño en ensaladas, condimento de comidas o incluso para cocinar, todas son excusas válidas para incorporarlo a tu alimentación.E
Los estudios científicos que demuestran los beneficios del aceite de oliva
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